Maratón del Río Congo. 2 de junio de 2024.
Disfrutamos muchísimo participando en la media maratón del río Congo en la vibrante y caótica Kinshasa, con militares gritando “¡coraje!” y cientos de camisetas coloridas. ¡Este es un maratón como ningún otro, en un país que te sorprenderá, te desconcertará y te fascinará al mismo tiempo!
TLDR; “demasiado largo, no lo leí”
- ¡Solo quiero correr! Llévame a CARRERA.
- Tengo 1 minuto. Llévame a INFORMACIÓN ÚTIL.
- Correr es mi excusa para viajar. Llévame a VIAJE.
- Correr es mi excusa para comer. Llévame a CARBOLOADING.
- Quiero saber qué leer en el avión. Llévame a UN LIBRO.
🌍 El viaje 📷: Qué ver en los alrededores de Kinshasa
Pero su alma estaba loca. Estando solo en el desierto, había mirado dentro de sí y, por Dios os digo, se había vuelto loco.
.Joseph Conrad, “El corazón de las tinieblas”
Un viaje literario… 📚
Este viaje lleva años preparándose: desde 1998, cuando leí un libro de viajes de Javier Reverte, “Vagabundo en África”, que describía su viaje por el río Congo, inspirado y articulado en torno a la mítica novela. “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad.
Joseph Conrad navegó por el Congo en 1890, impulsado por un deseo de aventuras que le hizo compararse con Don Quijote. Aquel viaje, en el que recorrió mil setecientos kilómetros del río, desde Leopoldville (hoy Kinshasa) hasta Stanleyville (hoy Kisangani), despertó en el alma del entonces marinero una profunda conciencia de escritor. “Antes del Congo –escribió más tarde en una de sus cartas– yo era sólo un animal. Y le reveló una verdad antigua en la literatura y que impregna toda la obra conradiana: la imaginación es una manera creativa de ordenar la experiencia, y es también maestra de vida y de arte.
“Vagabundo en África”, Javier Reverte.
Desde entonces, yo mismo soñé con el viaje. Y cuando, hace un par de años, descubrí que existía un “Maratón del Río Congo”, la decisión fue obvia 😍.
Así, cargada de excelentes libros (ver sección “Un libro“) ¡partimos hacia Kinshasa, República Democrática del Congo!
Lola Ya Bonobos
El Maratón organizado se había asociado con la agencia de turismo”Motherland escapes“, que organizó algunas actividades durante la semana previa al maratón.
Por ejemplo, hicimos un Crucero por el río Congo, que era un sueño mío; Te lo explico en este otro >> post <<.
El viernes previo al fin de semana de carreras, la actividad era conocer a los Bonobos en el "Lola Ya Bonobos“Santuario.
Llegamos al Santuario y quedamos maravillados desde el principio. Lola Ya Bonobos, que en lingala significa “El paraíso de los bonobos“, está lleno de una vegetación espectacular y muy bien cuidada.


Nuestro conductor, con el que habíamos 'combatido' el caótico tráfico de Kinshasa durante más de dos horas, nos dejó con nuestra guía, Suzie, una mujer apasionada por los Bonobos. Se aseguró de que la escucháramos, porque lo que explicaba era muy serio.
La obra del Santuario
Suzie transmitió una creencia muy profunda en el trabajo que está haciendo el Santuario. Explicó que los Bonobos son casi humanos (que los pudimos ver después, cuando los tuvimos cerca) y cómo los “cazadores furtivos” los cazan, los maltratan y los usan para comer o como mascotas.
Luego nos dijo que hay “menos de 20k bonobos en total” y que “tienen 72” en el Santuario.

Caminamos por caminos de tierra en buen estado, con carteles con explicaciones sobre los Bonobos.
Hubo varias cosas que Suzie nos dijo que voy a resaltar: Primero, que son una sociedad matriarcal, hay una “Reina”.

Otro dato sorprendente, que hacen el amor como un acto “social”, por “placer”. Son la única especie, aparte de los humanos.
Y también vimos dos escuelas caminando. Había muchos niños, de distintas edades. Noté sus uniformes impecables: camisas blancas y faldas o pantalones color berenjena. Las niñas, con muchos clips y adornos de plástico de colores, los niños con la cabeza rapada. Iban todos de dos en dos, tomados de la mano, niños con niños, niñas con niñas. Cuando pasábamos entre ellos, los saludábamos con “buen día” y ellos respondieron con sonrisas tímidas y clara curiosidad.
Bonobos bebes
Primero, vimos a los "bebés". Fueron atendidos por “madres humanas”. Las “madres” son todas mujeres, porque los hombres les dan miedo. Miré las manos de los pequeños bonobos. ¡Parecían tan humanos! Fueron sólo un poco más largos, pero muy, muy hábiles.

Es sorprendente ver a estas criaturas tan cerca y verlas moverse. Son ágiles, juegan con sus madres, trepan enredaderas. Suzie nos dijo que necesitan cariño. Viven de leche materna y con sus madres… ¡hasta los 4 años! Y sin madre, mueren.
Necesitan amor y por eso los huérfanos aquí son criados por madres, mujeres de aquí que están con ellos todo el día.

Suzie también nos dijo que sólo viven en la República Democrática del Congo: en una zona ecuatorial bien definida entre Río Congo y el Río Kasái. “El río Congo es la barrera con los chimpancés. No nadan”.
Los adultos poderosos
Que los bonobos le tienen miedo al agua, sí lo vimos cuando fuimos a ver al primer grupo de adultos.
Estaban separados de la zona de visitantes por un amplio lago y una valla electrificada. Me asusté cuando vi a los adultos por primera vez. ¡¡Son muy musculosos!!

El brazo de uno, negro y peludo, podría ser humano. ¡También son sorprendentemente ágiles!
Terminamos nuestra visita con un excelente almuerzo en el lugar, ¡luego para pasar nuevamente 2 horas en el caótico tráfico de Kinshasa!

Exposición de salud y fitness
La “Expo Salud y Fitness” se llevó a cabo en el Decatlón en Kinshasa, en la intersección de los barrios de Gombe, Bandalungwa y Kintambo.

Corrimos hasta allí porque estaba a menos de 3 kilómetros, aprovechando para hacer una carrera de calentamiento, que os explico en este otro >> post <<.

La Expo contó con algunos stands de venta de artículos deportivos, pero también de promoción del país (como café o jabones aromáticos).
En una caseta, tres niñas y un niño bailaban muy animados al son de la música.
Pronto recogimos los BIB: eran personalizados, yo con "the running ginger” y Roger, con “the running Roger”.

Nos regalaron las camisetas oficiales, muy coloridas (muy estilo África) que tenían impreso “Maratón del Río Congo Finishers”. Decidimos usarlos para la carrera, aunque aún no éramos finalistas 😊 (spoiler: ¡no nos trajo mala suerte!).
En la parte de atrás de la camiseta decía “Toko Ningana”, que en lingala, el idioma local, significaba algo así como “Sacudiremos esta ciudad”. Al día siguiente fuimos muchos los que fuimos con las camisetas de colores.

Además, nos regalaron una camiseta extra de un “Shake out run” que tuvo lugar el sábado anterior, al que no pudimos asistir porque estábamos navegando por el río Congo en Maluku.
También vendieron unos jerseys y camisetas verdes muy chulos con el lema “Dolor es la palabra francesa para pan”y el logotipo del Maratón del Río Congo (“establecido en 2021”).
Compramos dos camisetas y en los días siguientes, mientras estábamos en Madagascar, resultaron ser muy populares 😊
🏃♀️ La carrera 🏃♂️
Llegamos al Inicio caminando, ya que estaba ubicado en Avenida Coronel Tshatshi, a 3 minutos de nuestro hotel.
Eran las 6:15 y hay bastante gente, muchos con la camiseta oficial, la que pone “Toko Ningana" en la espalda.
También había muchos soldados, a los que ya estábamos acostumbrados a ver, con sus fusiles, boinas y máscaras. Nos dieron miedo pero les dimos la bienvenida: están ahí para nuestra protección.
También había bastantes extranjeros. De hecho, el porcentaje era muy alto en comparación con lo que habíamos visto en las calles durante nuestra semana en la República Democrática del Congo.

Hablamos con algunas personas de la organización que conocíamos; Nancy de “Motherland escapes” nos dijo que muchos congoleños se inscribieron en el último momento, especialmente para los 10k, y recogieron los BIB allí mismo.
Esperando en la línea de salida
La música sonaba mientras parecía que el inicio de la maratón (programado para las 6:30 am) se retrasaba.
Rolly, el organizador del maratón, caminaba con un micrófono y explicó que “en 2 o 3 minutos empezamos: tocaremos el himno nacional y nos vamos”.
Y sucedió así, ¡sorprendentemente!
Al cabo de un par de minutos sonó el himno nacional. Los soldados se llevaron las manos a las sienes a modo de saludo y muchos corredores se llevaron las manos al pecho.
Luego se pidió a los que corrían la “maratón” que se alinearan en la salida, y el pequeño grupo que iba a correr la distancia completa, con sus petos morados, así lo hizo. Evidentemente no hubo ningún control formal.

Un tipo con un altavoz hizo la cuenta regresiva: “tres, dos, un...”Y así, se fueron unos treinta corredores.
Eran más de las 7 de la mañana pero por suerte, en menos de 5 minutos nos fuimos los corredores de media maratón. De nuevo el “tres, dos...“cuenta regresiva, y nos fuimos mientras algunas personas que conocimos en la cena de ayer nos aplaudían.
Primeros 10k
De Avenida Coronel Tshatshi corrimos hacia Avenida Lemera, en dirección contraria, y luego tomamos la Avenida de las Naciones Unidas, donde hubo un fuerte descenso.
¡Vimos el río 🤩! Luego bajamos, donde habíamos corrido unos días antes (post sobre “Correr en Kinshasa”) pero con las viejas y oxidadas barreras levantadas: así obtuvimos mejores vistas.

Tras la bajada, subimos para llegar de nuevo a la línea de salida (pasamos por delante del Grand Hotel Pullman).
El circuito tenía amplias avenidas, atmósfera polvorienta, vegetación verde increíble y gente en puestos callejeros vendiendo frutas y militares aburridos gritando “¡coraje!” como espectadores. Fue muy africano, ¡fue genial!
Pero la acera en Kinkhasa está... bueno... no está bien cuidada, así que tuvimos que tener mucho cuidado.
No hacía mucho calor, pero nos hidratamos bien: por suerte, había muchos puntos de avituallamiento.
Terminamos la primera vuelta pasando por la línea de meta/salida, donde había mucha animación (allí estaban los corredores de 10k preparándose para salir en breve). Rolly, al vernos, gritó “¡Vamos!”, como Rafa Nadal, en español.
Fue una inyección de adrenalina que necesitábamos para la segunda vuelta.

Organización
Había frecuentes puestos de agua/refrigerio, lo cual agradecimos debido al calor.
Hubo 3 estaciones en cada vuelta, donde se entregaron vasos con agua, y otra con una bebida energética con gas. Y, sorprendentemente, ¡todos los vasos están rebosantes! Muy bueno 😊
El agua la sirvieron chicas súper arregladas (como es habitual aquí). Con una bandeja en la mano y vasos de plástico encima, parecían camareras en un evento de catering de lujo.
Segunda vuelta
Cuando pasábamos el kilómetro 11, en Avenida Lemera (paralelo al coronel Tshatshi), escuchamos el “tres, dos, un...” de nuevo… Eran unos minutos después de las 8 am, así que los 10K estaban comenzando.

Le dije a Roger: “nos van a adelantar”, y ¡vaya, vaya! ¡Nos alcanzaron…!
Sobre el kilómetro 13 empezaron a pasar a nuestro lado jóvenes muy ágiles, los más rápidos de los 10k. No demasiado tarde, pasó la primera niña, pequeña y con el pelo corto y trenzado, y luego otra con el pelo afro recogido en un voluminoso moño. Pero qué pena: después vimos a la misma chica tirada en el suelo en el km 6 (nuestro 16), llorando 😰.
Seguimos hidratándonos perfectamente y sin sufrir. Cuando pasamos por el monumento a Laurent Kabila De nuevo, incluso nos tomamos una selfie…

El fin
Quedaban pocos metros y, como es habitual en nosotros, terminamos la carrera cogiendo ritmo. Entramos de lleno, tomados de la mano en alto. Éramos felices.

Más tarde charlamos con algunos de nuestros "nuevos amigos" que hicimos ayer durante la cena y les preguntamos sobre las medallas. ¡No habían llegado! Al parecer estaban retenidos en el aeropuerto. ¿Por qué esto no me sorprende?
Pero Nancy nos prometió que los enviaría a casa desde Berlín...

🍜 Carga de carbohidratos 🍝: ¡Noche de pasta!
Si estás corriendo el maratón del río Congo, ¡entonces te cubrirán en términos de carga de carbohidratos!
El día anterior organizan un 🍝”noche de pasta” 🍝 que está incluido y organizado junto con la Embajada de Italia en uno de los mejores restaurantes italianos de Kinshasa: “Una casa mía”.

El evento fue privado y limitado a 70 personas y estuvo subvencionado por… ¡la embajada de Italia! ¡Muy apropiado! 😊 La invitación, con nuestros nombres, indicaba un horario de 6 a 20.30 horas, aunque los congoleños casi todos llegaron más tarde (al parecer, es típico llegar siempre tarde. Nosotros, siendo españoles, no le dimos mucho importancia tampoco).

El restaurante estaba situado a sólo unos metros de nuestro hotel. Estaba tan cerca que caminamos. ¡Y casi pasamos de largo! Un guardia de seguridad tuvo que gritarnos…”¿Una casa mía? ¡Aquí, aquí!”.

Durante la cena habló el embajador italiano. También asistieron el Ministro de Deportes de la República Democrática del Congo, sentado en nuestra mesa.

La cena tuvo tres opciones de pasta; Optamos por “Spaghetti alla bolognesa” y “Ravioli Carbonara”, y ambos platos estaban deliciosos.

En definitiva, una velada muy agradable y un gran 'carboloading'': ¡felicitaciones a la organización!

Información útil
🏆 Maratón del Río Congo.
🌐 Sitio web: https://www.congorivermarathon.com/
🏃 Número de corredores: 700.
🗓️ Principios de junio en Kinshasa, República Democrática del Congo – África.
👟 Urbano: Traiga zapatos para el pavimento (a pesar de algunos agujeros, ¡esta es una carrera urbana!)
✅ La oportunidad de recorrer las calles de una ciudad caótica en la que de otra manera no te aventurarías.
✅ ¡Vive una experiencia muy especial, en un país que recién se está abriendo al turismo, y ayuda a la Organización del Río Congo a promover el deporte en la República Democrática del Congo!
❌ No es fácil entrar. Necesitará una visa con anticipación, lo que puede demorar semanas. La organización Congo River Marathon te otorgará una LoI (Carta de Invitación)
❌ A pesar de que Kinshasa está a 1.000 kilómetros de distancia de la guerra en el oeste, la República Democrática del Congo sigue siendo un país bastante volátil y muy diferente de Europa o América del Norte. ¡Ve allí con mucha paciencia y curiosidad!

Mapa
A través del clima tropical húmedo del corazón de Kinshasa, la ruta del maratón llevará a los participantes a través de algunos lugares emblemáticos de la capital y los paisajes más bellos a lo largo de la orilla sur del segundo río más grande de África.
Sitio web del maratón del río Congo


Un libro
El propio Conrad escribió en el prefacio de la edición de 1902 de su novela: “El corazón de las tinieblas es la experiencia llevada un poco (y sólo un poco) más allá de los hechos reales, con el propósito, perfectamente legítimo en mi opinión, de traerlos a la mente. y corazones de los lectores”. Conrad vio algo profundo en el Congo y luego escribió sobre ello, lo que llaman “el lado oscuro”, un aroma muy raro en las obras literarias y que todos los lectores admiran sin comprenderlo en su dimensión exacta.
“Vagabundo en África”, Javier Reverte.
“El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad.
La elección fue obvia. He leído muchas veces el libro y, aún así, me hace pensar, me hace soñar (y no bonito).
André Gide, durante su viaje al río en 1925, leyó por cuarta vez El corazón de las tinieblas y escribió: “Este libro admirable sigue siendo profundamente cierto.
“Vagabundo en África”, de Javier Reverte.
La propia entrada de la Enciclopedia Británica lo define muy bien:
"El corazón de las tinieblas", es una novela de Joseph Conrad que se publicó por primera vez en 1899.
Examina los horrores de Colonialismo occidental, describiéndolo como un fenómeno que empaña no sólo las tierras y los pueblos que explota, sino también a aquellos en Occidente que lo promueven. Aunque tuvo una recepción inicialmente mediocre, el cuento semiautobiográfico de Conrad se ha convertido en una de las obras de literatura inglesa más analizadas.
Los críticos no siempre han tratado "El corazón de las tinieblas" favorablemente, reprendiendo su representación deshumanizadora de los pueblos colonizados y su trato despectivo hacia las mujeres. Sin embargo, "El corazón de las tinieblas" ha perdurado y hoy se erige como una obra maestra modernista directamente comprometida con las realidades poscoloniales.

Resumen de la trama: "El corazón de las tinieblas" cuenta una historia dentro de una historia. La novela comienza con un grupo de pasajeros a bordo de un barco flotando en el río Támesis. Uno de ellos, Charlie Marlow, relata a sus compañeros de mar una experiencia suya que tuvo lugar en otro río: el río Congo en África. La historia de Marlow comienza en lo que él llama la “ciudad sepulcral”, en algún lugar de Europa. Allí, “la Compañía”, una organización anónima que dirige una empresa colonial en el Congo belga, lo nombra capitán de un vapor fluvial. Parte hacia África optimista por lo que encontrará.