Maratón de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Noviembre de 2017.
Correr el maratón de Nueva York era un sueño para mí, desde que era niña y veía por televisión cómo miles de corredores cruzaban el puente Verrazano. Y en 2017 finalmente pude “correr los 5 distritos” y terminar el maratón más grande del mundo.
TLDR; “demasiado largo, no lo leí”
- ¡Solo quiero correr! Llévame a CARRERA.
- Tengo 1 minuto. Llévame a INFORMACIÓN ÚTIL.
- Correr es mi excusa para viajar. Llévame a VIAJE POST-CARRERA.
- Correr es mi excusa para comer. Llévame a CARBOLOADING.
- Quiero saber qué leer en el avión. Llévame a UN LIBRO.
🌍 El viaje 📷
Corrimos el maratón de Nueva York con un viaje organizado por la agencia española Fernando Pineda, y lo recomiendo encarecidamente.
La agencia está dirigida por un maratonista experto y se encarga de todo, con especial atención a la carrera en sí. Obtienes información detallada, un itinerario seleccionado y estás rodeado de corredores todo el tiempo. Definitivamente fue una súper buena opción si quieres correr en Nueva York.
Llegando a la ciudad
Mientras hacíamos cola en el aeropuerto, medio dormidos, para facturar nuestro equipaje, nos rodearon personas con nuestras mismas chaquetas (proporcionadas por la agencia), de un color rojo brillante. Recordé que hace unos años, mientras hacíamos escala en un viaje, vimos a un grupo de corredores de la misma agencia camino al maratón de Nueva York y me prometí “¡algún día correremos la ciudad de Nueva York”! 🤟
Me emocioné mucho con este maratón, porque era mi sueño desde que era niña.
🛬 Después de un vuelo directo llegamos a “la gran manzana”. La mayor parte de las líneas de este post las escribí mientras descansaba en el céntrico hotel donde estábamos alojados, el hotel "DoubleTree” en Manhattan. Nuestra habitación tenía vistas a Lexington Avenue y la 50. Los coches tocaban la bocina continuamente. Manchas de sol iluminaban las interminables fachadas de cemento y vidrio, mientras los transeúntes caminaban apresuradamente por las calles sombreadas por gigantes, hablando por teléfonos móviles.
Vimos en la tele como la meteoróloga informaba que el día de la carrera iba a ser frío cuando “miles de corredores estarán en Staten Island, esperando para empezar a correr” 🏃🏿🏃♀️🏃🏃🏾♀️🏃🏼♀️

Sentía la atmósfera maratoniana por todos lados, y en nuestro propio grupo nos sentíamos soldados de un ejército silencioso y tenaz, unidos de alguna manera por el esfuerzo que implica afrontar 42 kilómetros. Después de meses de preparación, preguntándote hasta qué punto serás capaz de desafiarte a ti mismo.
📅 La Expo de la Maratón 🎽
Llegar allí
El viernes, dos días antes de la carrera, caminamos desde nuestro hotel hasta el Centro de exposiciones Jacob Javits, para recoger nuestra equipación y dorsales.

Te conmoverá, te inspirará, te hará humilde, te motivará, te transformará
Uno de los lemas del maratón de la ciudad de Nueva York
Ninguna ciudad es comparable a Nueva York, porque ya es tuya antes de llegar.
Además, en la televisión y en las revistas maratónicas, en cualquier lugar, se proclama que esto es el mejor maratón en el mundo.
La Expo
Llegamos a la exposición sin perdernos. Como mencionó el conductor que nos llevó del aeropuerto al hotel, Nueva York es una cuadrícula y es muy difícil perderse.
Al entrar nos hicimos una foto delante de un cartel que nos daba la bienvenida. ¡¡Más emoción!! 😬

Aunque no era la primera vez que caminábamos por una exposición antes de un maratón, volví a experimentar la sensación del subidón de un principiante.
Recogimos los dorsales y las camisetas, no sin antes probárnoslas. La XS para mí, estábamos en USA y las tallas eran más grandes que en Europa…
En la expo había una exhibición monumental de tiendas de artículos deportivos. ¡Era tan fácil volverse loco comprando! Compramos algunos artículos oficiales 😝, incluido un osito de peluche con el logo…

Preparándonos para el maratón… "in situ"
📓 Consejo para corredores: Pasarás unas horas en Staten Island esperando con frío a que empiece la maratón (desde las 5 de la mañana hasta incluso las 10 de la mañana en algunos casos), por lo que es aconsejable que traigas ropa vieja para cubrirte... que tendrás que dejar en la salida de la carrera para obras de caridad.
No trajimos ropa porque no habíamos investigado correctamente. Entonces, tras una recomendación de la agencia, buscamos “tiendas de 1 dólar” para comprar unas mantas que podríamos dejar en la línea de salida.
Finalmente encontramos un “Jacks 99 cents” en 40th y Madison, compramos un par de mantas (a 5,99 USD cada una) y resultaron súper útiles.
🍜 Carga de carbohidratos 🍝
Es facil comer pasta ¡en Nueva York!
Encontramos un restaurante italiano a sólo una calle del hotel, el “Toscana 49“, que fue un éxito total.
Comimos platos de pasta súper grandes: buenos, pero relativamente caros para nuestros estándares: 78 USD pero con una propina 18% (¡algo a lo que no estábamos acostumbrados!). Aun así, fue una gran experiencia cenar en una acera de Nueva York, sentado en una pequeña mesa decorada con un pequeño jarrón de flores. Bocinas a todo volumen, muchos policías y ambulancias yendo al centro, luces en las ventanas de los edificios altos y yo sintiéndome como en un episodio de “Sex and the City“… 😍
El sábado cenamos en el restaurante”Bitanko“, con un dress code “elegante casual”, así que dejamos de lado por primera vez las camperas rojas de Fernando Pineda y nos arreglamos poco para ir a comer. El restaurante estaba dentro del Hotel Nacional, y tenía una decoración sobria, con falsos ventanales que daban a un campo toscano (al estar dentro de un rascacielos, faltaba luz natural). Volvimos a comer pasta, claro 🤤
Después de la carrera: ¡Proteina!
El día después comimos en un “Brooklyn's diner“, un restaurante decorado como si estuviéramos en los años 50. Coloridas y con letras fluorescentes. Se veía muy concurrido y el menú ofrecía lo que buscábamos: proteínas y carbohidratos.
📓 Consejo para corredores: Aunque no tengas hambre, necesitas comer proteínas para recuperar músculo, carbohidratos para recuperar energía y frutas y verduras para obtener vitaminas.
Nos atendió un camarero muy amable y pedimos hamburguesas y batidos de chocolate, que eran de proporciones épicas.

Había pequeñas placas en la pared, al lado de donde estábamos comiendo, con nombres de celebridades que habían comido aquí. Kathleen Turner era la que estaba marcada justo detrás de donde tomé mi enorme batido de chocolate.
Celebración
Para celebrarlo elegimos un restaurante icónico, el “Club 21“, que apareció en películas como “Wall Street” o series como “Sexo en Nueva York”.

Desafortunadamente, el restaurante cerró durante la época de Covid 😢. Así que tuvimos mucha suerte de haber comido allí.
La experiencia se resume en esta antigua reseña:
Una "institución de Nueva York", este antiguo bar clandestino de Midtown de alrededor de 1929 produce platos tradicionales estadounidenses "confiablemente buenos" en un ambiente "de la vieja escuela" y "arreglado" (se requieren chaquetas, no jeans). con juguetes viejos “espectaculares” colgando del techo y habitaciones privadas “serenas” en el piso de arriba; un personal "impecable" fomenta las vibraciones "acogedoras", aunque es posible que tengas que "liquidar algunas stock options para cubrir la factura".

Recuerdo con cariño nuestro almuerzo: comimos unos excelentes filetes con patatas fritas (claro, proteicas) y los simpáticos camareros nos preguntaron si estábamos celebrando algo especial: “Que corrimos el maratón de Nueva York”, respondimos.
🏃♀️ El maratón🏃♂️
Llegar allí
¡Había llegado el día! Nos levantamos a las 4:30 am ⏰ y rápidamente nos vestimos. El hotel nos dio dos cajas de cartón con el desayuno, lo que resultó muy útil ya que aún nos quedaban unas horas antes de la salida.
Nuestro autobús se detuvo frente al hotel e hicimos cola para subir. Todavía estaba oscuro, pero frente al hotel había al menos tres autobuses cargados de corredores. ¡Después de todo, es el maratón más grande del mundo!
Todos estábamos preparados para correr la maratón, con nuestros gorros, gorras, medias de compresión y demás vestimenta típica de un buen corredor. Éramos parte de la tribu e incluso corríamos con las camisetas oficiales del maratón.
Así que nos fuimos de Manhattan y cruzamos Queens. Salir de Manhattan fue como llegar a otro mundo, mucho más parecido a cualquier otra ciudad estadounidense, con sus calles anchas que parecen autopistas, casas bajas que parecen almacenes, gasolineras y “7-11”.
Un corredor sentado delante de nosotros en el autobús nos contaba anécdotas de años anteriores, diciendo que hace unos años cuando corrió por primera vez esta maratón, solo había un autobús y estaba medio vacío.

Respecto al próximo capítulo, aquí puedes encontrar un útil video del corredor llamado "dirty old sneakers" con algunos “trucos” sobre el comienzo.
Horas antes del maratón
El autobús nos dejó en el aparcamiento de autocares antes de las 6 am.
Caminamos entre legiones de corredores que se dirigían a la zona de entrada. Todos iban bien abrigados, con ropa que dejarían después, como nuestras dos queridas mantas. Los voluntarios nos rodeaban y nos gritaban “buena suerte” y nos instaban a seguir adelante. También había muchos policías, con el típico uniforme negro de la policía de Nueva York, o incluso tipos con uniformes militares.

Llegamos a la zona de entrada y todavía nos faltaban 4 horas para empezar. Nos pusimos el dorsal y desayunamos, sentados en el suelo y con la manta sobre la cabeza, sujeta con nuestras gorras. ¡Un look de lo más divertido!
Hacía frío, mucho frío. Todavía no había muchos corredores (en comparación con los 50 km que finalmente fuimos), pero era muy divertido observarlos. Personas en pantalones de pijama, en bata, con mantas o plásticos encima. Un chico disfrazado de dinosaurio y otro de plátano.
Éramos la "wave 2" (ola 2) y teníamos que empezar en 10:15 am. Tuvimos tiempo de pasear e incluso visitar una puesto de terapia para perros.
Poco a poco el tiempo pasó: cuando comprobamos la hora después de una siesta, eran casi las 9:30 y en la pantalla justo encima de los baños portátiles, nos decían que los corredores de la segunda ola debían ir a su corral ya que cerraba en 15 minutos. Todo estaba perfectamente organizado y nos dirigimos a nuestro corral mientras en la pantalla veíamos a gente como Shalane Flanagan y Mary Keitani.
Nos hicimos unos selfies con un gorrito muy útil que nos regalaron encima de la gorra, y nos despedimos de nuestras mantas.

Nueva York, Nueva York
Frente a mí había un tipo que tenía escrito en su camiseta “27º maratón consecutivo de Nueva York y contando”. Durante la carrera, veríamos a muchos con personas con mensajes similares, ¡y uno tenía 35 mensajes consecutivos!
¡Fue tan emotivo! Todo estaba por comenzar. Hacía frío, pero no llovía. Roger y yo hicimos algunos estiramientos lanzando las piernas al aire apoyándonos en un camión de UPS.
Y luego el "Nueva York, Nueva York" de Sinatra sonó!
Compartimos con todos esos miles de corredores los nervios y la adrenalina, la emoción antes de empezar a correr… ¡Estábamos en el maratón de NY!
Oímos el disparo, caminamos un poco… y cruzamos la línea de salida. ¡Venga!
Staten Island
Empezamos poco a poco. Piernas ligeras, buenas sensaciones.
Cruzamos el puente por arriba (no sé el motivo, ya que otros fueron dirigidos abajo y nos unimos a ellos al salir del puente). Contemplé la hermosa vista: el mar y las islas llenas de edificios a lo lejos, y el ambiente lluvioso.
Saludamos a los fotógrafos y avanzamos, pero sin acelerar.

Brooklyn
Nos recibió un cartel de “Bienvenidos a Brooklyn” y mucha gente en las calles.
Empezamos a ver carteles y a oír campanas, pero aún nada comparable con lo que encontraríamos después en Queens, el Bronx y Manhattan.
Aunque fue en Brooklyn donde viví el momento más especial que he vivido en mis carreras:
Escuché "Alive“, mi canción favorita, sonando en el kilómetro 7. Siempre recordaré ese momento: estaba corriendo el maratón de Nueva York mientras escuchaba el icónico himno de Pearl Jam.
Pronto hubo música por todas partes y gritos de gente vitoreando.
Queens
Estábamos rodeados de corredores con camisetas motivadoras y sus causas (“corriendo por Jason”, “por mamá”, “por nan”, “imagina un mundo sin cáncer” o “Rangers lead the way”).
¡Y con corredores de todos los países del mundo ! Españoles, chilenos, costarricenses, muchos argentinos, una mujer con un mapa de Alemania y Polonia, otros polacos, franceses y un sinfín de mexicanos, italianos, y por supuesto, un clásico del Maratón: chicos con pantalones con la bandera de Texas en el culo 🤣

Mantuvimos bien nuestra disciplina de carrera. Roger comía su gel energético cada 5 kilómetros puntualmente, y yo, cada 9 kilómetros. A las 9, 18… También tomábamos Gatorade o agua siempre que había disponible.
Nos acostumbramos a la “ceremonia” de los puestos de avituallamiento: primero había gatorades, luego, agua de marca “Polar Springs” y, finalmente, cientos y cientos de vasos de papel verde que cubrían el suelo y lo hacían aún más resbaladizo que la lluvia.
El Bronx
Últimamente he visto unos cuantos artículos, tik toks y reels de instagram con una lista de los cartelesmás originales. Pero allá por 2017 yo ya hice mi propio recopilatorio:
Si un maratón fuera fácil, sería tu madre.
Todo esto por un plátano gratis.
Las uñas de los pies son para mariquitas
Corre más rápido, me acabo de tirar un pedo
Esto parecía una buena idea hace 4 meses.
Estás corriendo mejor que el gobierno.
Terminarlo es tu única puta opción.
Sonríe si solo orinas un poco
Corre perras corre
Te ves tan flaco
No se permite Walken (foto de Christopher Walken)
Corre como si te persiguiera este pendejo (foto de Trump)
Seguimos adelante, muy conscientes de que éste no era un buen maratón para hacer un PB. Había demasiados corredores e incluso “atascos” en los avituallamientos.
También había puentes. ¡Cuatro puentes!

Cuando llegamos al Bronx, estaba lloviendo bastante. Una banda de jazz tocaba en sus calles y me pesaban mucho las piernas. Pasé la marca de 21 km en poco más de 2 horas, así que sabía que pasaría la marca de 4 horas. Pero no me importó mucho: ¡esto era Nueva York y yo estaba aquí para vivir la experiencia!
También vimos corredores tirados en las aceras, cansados o recibiendo un masaje o algo así. A lo largo de la carrera, hubo muchos puestos rojos de “ayuda médica” y mucha gente pasándolo mal.
Manhattan
Llegados a este punto, yo corría sola porque había dejado a Roger en el kilómetro 20 y pico y ahora estaba en las avenidas de Manhattan. Me costqaba mucho y empecé a contar dolorosamente cada kilómetro.
Porque había sobreentrenado las semanas anteriores:
📓 Consejo para corredores: Ten mucho cuidado con el sobreentrenamiento. Yo había corrido demasiados entrenos en las dos semanas anteriores (9 entrenos, concretamente) y pagué el premio en el maratón de Nueva York.
Sólo 12 kilómetros. Ahora, 10… “oye, una carrera de 10K no es nada, ¿no?”, me decía. Tomé un último gel en el kilómetro 36 y continué. Sufrimiento. Sólo quedan 4 ahora. “Vamos, vamos, eso es todo. Marta, puedes correr 3 kilómetros en un abrir y cerrar de ojos, ¿no?
“Disfrútalo, Marta”. Vi las nubes cubriendo las cimas de los rascacielos. “¡Es hermoso, estás corriendo en Manhattan!”.
La meta en Central Park
Y entonces ya estaba en Central Park… la señal de los 40k, y poco después la de las 25 millas.
El ruido de la gente era ensordecedor.
Giramos a la derecha y había un escenario donde estaban tocando”Don't stop believing” (versión Glee) .. ¡¡¡que subidón!!! “a veces se gana, a veces se pierde”, y ahí casi me emociono. Venga, venga 🤘
“Falta poco y lo voy a terminar”, me dije. Crucé la línea levantando los brazos. Inmensamente feliz.

Despues de la carrera
Caminé entre miles de corredoras. Todos cansados, orgullosos, emocionados.
Choqué los cinco con un par de compañeros corredores anónimos y comencé a sentirme súper cansada mientras un voluntario me ponía la medalla en el cuello 🏅 ¡Hasta la medalla me pesaba!
Mientras esperaba a Roger, pedí a un par de fotógrafos oficiales que me hicieran una foto y agradecí la manta térmica entregada a los corredores. La organización nos regaló agua y chocolate.
Finalmente me reuní con Roger. A la salida nos entregaron un poncho que resultó impermeable (muy útil ya que todavía lloviznaba), y acolchado 💙. ¡Excelente material!
En ese momento apenas podía moverme, estaba muy dolorida y Roger incluso tuvo que ayudarme a ponerme el poncho. La organización nos hizo caminar bastante por una avenida que rodea el famoso Central Park. Todos estábamos cansados pero felices, esa marea de ponchos azules. Todos parecíamos los Pitufos 💙💙.
Más tarde supimos que la ganadora del maratón era Shalane Flanagan, con 2h 26m, superando María Keitani y que se había convertido, a sus 36 años, en la primera estadounidense en ganar en Nueva York en los últimos 40 años.

Llegamos a la zona para reunirse con familiares y había mucha gente con carteles, e intentamos tomar el Metro para ir a nuestro hotel. Estaba colapsado por miles de “pitufos” 💙 así que finalmente decidimos caminar (20 manzanas) hasta nuestro hotel.
Con nuestras medallas 🏅y una inmensa sensación de plenitud 🤗.
Después de la carrera – ¡Lunes de maratón!
Al mediodía salimos para ir a la famosa “Marathon Monday” exhibition, ubicada frente al Tavern on the Green, un famoso pub que aparece en la película Los Cazafantasmas, justo donde había estado la meta el día anterior.
Caminábamos con gran dificultad, y cada paso y cada acera era una tortura. Ibamos con las chaquetas de la maratón y nos encontramos con otras personas con camisetas de maratón y sus medallas.
La “expo” te ofrece muchas posibilidades: ¡desde grabar tus medallas hasta comprar ropa de "finisher" en oferta!

Y por supuesto, también compramos el New York Times 📰, que publica los nombres de todos los corredores. Fue un momento de gran orgullo ver "nuestros nombres en el New York Times".
Después de la carrera – Visitando Nueva York 📷
Después del maratón, pasamos unos días más en Nueva York. Por supuesto, tres días no son suficientes, pero logramos ver muchos lugares emblemáticos.
Visitamos a las hiper famosas Estatua de la Libertad y isla Ellis:


Durante esos días no podíamos dejar de maravillarnos de la ciudad. Los edificios de ladrillo con las famosas escaleras de incendios en sus fachadas, los carteles multicolores de Broadway y la intuición, dos calles después, de Times Square.

Es fantástico pasear y reconocer lugares que hemos visto en mil películas.
La Empire State asoma entre elegantes edificios.
En otra calle se alza la parte alta del Edificio Chrisler. "¡Mirar! ¡Ahí está el "flat building"!”, y luego pasamos por una acera y reconocemos el logo del… Waldorf Astoria!

Una visita especial para nosotros fue la del Monumento Nacional del 11 de septiembre, ya que habíamos visitado las torres gemelas allá por 2001, exactamente un mes antes de aquel fatídico 11 de septiembre….



La agencia Fernando Pineda también organizó una salida para ver un partido de los Knicks de Nueva York, lo cual fue genial.
Pudimos ver un partido de “New York Knicks vs. Charlotte Hornets” en el Madison Square Garden¡Y lo disfrutamos enormemente! Y, por cierto, los Knicks consiguieron una victoria épica y el público enloqueció 🥳


Información útil
🏆 Maratón de la ciudad de Nueva York (42K). Primera edición: 1970
🌐 Sitio web: https://www.nyrr.org/es/tcsnycmarathon
🏃 Número de corredores: 50.000.
🗓️ Primer domingo de Noviembre en Nueva York, EE.UU, America.
👟 Urbano: Llevar calzado para asfalto.
✅ Ambiente súper genial, un gran espectáculo, el maratón más grande del mundo y… ¡Nueva York! ¡Corres por los 5 distritos!
✅ Organización perfecta, y una de las Maratón Majors.
❌El tiempo es bastante impredecible.

Mapa


Un libro
“El guardián entre el centeno”, JD Salinger.
Hay tantos libros (¡y películas!) ambientados en Nueva York que es difícil elegir uno, pero siempre me viene a la mente “El guardián entre el centeno”.
El héroe-narrador de El Guardian en el centeno es un chico de dieciséis años, nativo de Nueva York llamado Holden Caulfield.
A través de circunstancias que tienden a impedir una descripción adulta de segunda mano, deja su escuela preparatoria en Pensilvania y pasa a la clandestinidad en la ciudad de Nueva York durante tres días. El niño mismo es a la vez demasiado simple y demasiado complejo para que podamos hacer algún comentario final sobre él o su historia. Quizás lo más seguro que podemos decir sobre Holden es que nació en el mundo no sólo fuertemente atraído por la belleza sino, casi irremediablemente empalado por ella.

Hay muchas voces en esta novela: voces de niños, voces de adultos, voces clandestinas, pero la voz de Holden es la más elocuente de todas. Trascendiendo su propia lengua vernácula, pero permaneciendo maravillosamente fiel a ella, lanza un grito perfectamente articulado de una mezcla de dolor y placer. Sin embargo, como la mayoría de los amantes, payasos y poetas de las clases superiores, se reserva la mayor parte del dolor para sí mismo. El placer que regala, o aparta, con todo su corazón. Está ahí para que el lector pueda manejarlo y conservarlo.