Pohnpei, Estados Federados de Micronesia. 15 de septiembre de 2025.
En dos recorridos inolvidables, exploramos Pohnpei de una manera que la mayoría de los viajeros nunca hacen.
Nuestra primera ruta nos llevó por las bulliciosas pero tranquilas calles de Kolonia y por la impresionante Calzada de Dekehik, descubriendo naufragios ocultos e historia colonial. La segunda fue una aventura más audaz, atravesando Nan Madol, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde antiguas paredes de basalto y manglares convertían cada paso en un desafío y una magia a la vez.

Estas carreras no eran solo entrenamientos. Eran viajes a través del tiempo, la cultura y la naturaleza.
Pohnpei es un paraíso para corredores, escondido en el corazón de Micronesia. Entre amaneceres tempranos, calles tranquilas y exuberantes senderos costeros, cada carrera se siente como una aventura. Desde las llanuras y paisajes de Kolonia y la Calzada de Dekehik hasta las agrestes y antiguas ruinas de Nan Madol, la isla ofrece serenidad y adrenalina.
Correr aquí significa conectarse con la naturaleza, la historia y la vida local a la vez, ya sea esquivando gallinas en calles tranquilas o deteniéndose para maravillarse con los manglares y las aguas de marea.
TLDR; “demasiado largo, no lo leí”
- ¡Solo quiero correr! Llévame a CORRE.
- Tengo 1 minuto. Llévame a INFORMACIÓN ÚTIL.
- Correr es mi excusa para viajar. Llévame a VIAJE.
- Correr es mi excusa para comer. Llévame a CARBOLOADING.
- Quiero saber qué leer en el avión. Llévame a UN LIBRO.
📌 Por qué Micronesia debería estar en la lista de deseos de todo corredor
Micronesia no es el típico destino para correr, y es exactamente por eso que pertenece a la lista de deseos de todo corredor🏅.
Imagina correr por densos senderos selváticos, junto a lagunas resplandecientes o junto a antiguas ruinas de piedra que desafían tu equilibrio y fuerza. La combinación de terreno único, clima tropical y superficies variadas desarrolla la resistencia y aumenta la resistencia como nunca antes lo habían hecho las rutas urbanas.

Pero es más que sólo el desafío físico.
Correr aquí te conecta con la historia y la cultura de la isla, con los lugareños animándote o compartiéndote una sonrisa al pasar.

¿Y después de correr? Tendrás la recompensa de frutas tropicales frescas y la oportunidad de nadar en aguas cristalinas, perfectas para recuperarte 🌊🌴.
🌍El viaje 📷
Pophnei en pocas palabras
Pohnpei es una visita absolutamente obligada y ofrece algunas de las vistas más espectaculares de la región.
🏝️ Antes o después de tu carrera, explora la antigua ciudad de piedra de Nan Madol, a menudo llamada la "Venecia del Pacífico". Este misterioso sitio arqueológico presenta un laberinto de ruinas de piedra basáltica construidas sobre una laguna, lo que te ofrece la combinación perfecta de historia y paisajes impresionantes para despertar tu pasión por los viajes. 🏰🌊

Más allá de Nan Madol, Pohnpei cuenta con exuberantes cascadas como Roca Sokehs y cataratas KepirohiPerfecto para refrescarse después de una carrera intensa o disfrutar de una tranquila caminata. Las selvas tropicales de la isla están repletas de aldeas locales donde podrás conocer a la amable gente local y experimentar la auténtica cultura micronesia.
Además, las playas vírgenes y los vibrantes arrecifes de coral ofrecen un refrescante baño o una aventura de snorkel para recompensar tus esfuerzos. 🐠🌴 La mezcla de belleza natural y tesoros culturales de Pohnpei hace que cada momento después de tu carrera se sienta como unas mini vacaciones.
Lo más destacado de una isla maravillosa: Descubrimientos inesperados
Pasamos casi siete horas recorriendo Pohnpei en coche y quedamos maravillados con el paisaje. Las carreteras costeras ofrecían vistas panorámicas del océano e islas exuberantes que recordaban a Santo Tomé, solo que más verdes.
Cascadas, ruinas declaradas patrimonio de la UNESCO, iglesias antiguas, un cementerio de tanques japoneses y murallas de la época española llenaron el itinerario.

Salimos temprano de Kolonia, aún con energía tras nuestra carrera matutina. Conduciendo hacia el oeste por la Carretera Costera, pasamos por una gasolinera de estilo antiguo e incluso un coche de policía pintado. Carreteras como la de la Isla Gir nos permitieron vislumbrar la auténtica vida local.
Los niños se asomaban a las ventanillas de los coches, las ancianas llevaban faldas estampadas de color verde brillante y los perros paseaban perezosamente por las calles.

Iglesias de piedra y autobuses escolares pasaban como un rayo, mientras los lugareños saludaban con la mano. Algunas iglesias nuevas parecían contenedores de metal blanco, mientras que las tiendas tradicionales vendían platos de copra.
Nan Madol
A diez millas de Kolonia, llegamos a Nan Madol y pagamos 25 dólares a unas amables señoras, que nos informaron que no había folletos.
Aparcamos a la sombra de enormes árboles, donde nos recibieron pájaros, animales, un perro callejero y un cerdo negro. Caminando por una propiedad descuidada, llegamos a las primeras murallas de Nan Madol.

El tamaño de las piedras era impresionante. Los árboles crecían en medio de las estructuras, fusionando vegetación y arte artificial. Los neumatóforos de manglares parecían campos de púas, creando una atmósfera surrealista.

Las plantas crecían dentro de los cocos, lo que realzaba el encanto salvaje de la isla. Después de explorar, volvimos al coche a cambiarnos para salir a correr.
Cascada de Kepirohi
Paramos en una pequeña tienda para tomar algo frío, disfrutando de Coca-Cola y té verde dulce a la sombra. La dependienta compartió consejos locales y su fanatismo por BTS, conectando culturas mientras Roger fotografiaba a los perros. Siguiendo sus instrucciones, llegamos a otra tienda y pagamos 10 dólares para acceder a la hermosa cascada Kepirohi.

La cascada era espectacular y vacía, con piedras volcánicas y múltiples corrientes de agua. Roger se colocó bajo la cascada mientras yo admiraba la exuberante selva. Nadar bajo nuestra propia responsabilidad fue emocionante. Esta cascada podría rivalizar con Hawái en belleza y aislamiento, ofreciendo una combinación perfecta de ejercicio, aventura y relajación.
Viaje de regreso y vida local
De regreso por la carretera costera, la isla seguía sorprendiéndonos. Dos hombres gritaban desde un camión a unas mujeres que llevaban palanganas.
Un anciano caminaba junto a su perro por la calle, una imagen perfecta de la vida local. Los vecinos se reunían en pequeñas reuniones, y algunas mujeres llevaban mwaramwar, coronas florales tejidas con flores tropicales. Estas guirnaldas son símbolos de la cultura y se usan de forma informal o durante ceremonias, bodas y bailes 🌺.
Cementerio de tanques japoneses de la Segunda Guerra Mundial
De vuelta en Kolonia, nos desviamos a una joya de Google Maps: el Cementerio de Tanques Japoneses de la Segunda Guerra Mundial. Escondido tras el desguace de un supermercado, descubrimos tanques Tipo 95 Ha-Go y tanquetas más pequeñas en sorprendentemente buen estado. Al final de la guerra, estos tanques fueron concentrados para su desarme y luego abandonados, siendo gradualmente recuperados por la jungla.

Mientras tomábamos fotos, una joven dejó de preguntar por un gimnasio. Nos reímos y le explicamos que estábamos allí por los tanques, y ella se sumó a nuestra admiración. Ver reliquias de la Segunda Guerra Mundial como estas, en un lugar tan inesperado, hizo que Pohnpei se sintiera lleno de historia.
Muralla Española
Después, visitamos la Muralla Española. El campo de sóftbol estaba vacío, perfecto para filmar. Unos vecinos amables, incluyendo dos borrachos educados, se acercaron a charlar.

Luego visitamos la Catedral de Ponape, un sorprendente ejemplo de la arquitectura religiosa de principios del siglo XX en el Pacífico.
Construida durante el período colonial alemán, la catedral refleja influencias europeas mezcladas con materiales y técnicas de construcción locales, mostrando la fusión cultural característica de la región.

Tanto la muralla como la iglesia, testigos silenciosos de siglos de historia, se sentían profundamente conectados con el pasado de la isla.
🏃♀️ Las carreras🏃♂️
En dos recorridos inolvidables, exploramos Pohnpei de una forma que la mayoría de los viajeros jamás hacen. Nuestro primer recorrido nos llevó por las bulliciosas pero tranquilas calles de Kolonia y por la impresionante Calzada de Dekehik, descubriendo naufragios ocultos e historia colonial. El segundo fue una aventura más audaz, atravesando Nan Madol, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde antiguos muros de basalto y manglares convertían cada paso en un desafío y una magia a la vez.
Estas carreras no eran solo entrenamientos. Eran viajes a través del tiempo, la cultura y la naturaleza.
Pohnpei es un paraíso para corredores, escondido en el corazón de Micronesia. Entre amaneceres tempranos, calles tranquilas y exuberantes senderos costeros, cada carrera se siente como una aventura. Desde las llanuras y paisajes de Kolonia y la Calzada de Dekehik hasta las agrestes y antiguas ruinas de Nan Madol, la isla ofrece serenidad y adrenalina. Correr aquí significa conectar con la naturaleza, la historia y la vida local a la vez, ya sea esquivando gallinas en calles tranquilas o deteniéndote para maravillarte con los manglares y las mareas.
Nuestra carrera matutina en Dekehik Causeway y Kolonia
Decidimos correr de 5 a 7 km por la ruta que exploramos ayer y luego la perfeccionamos con Google Maps. Resultó ser la decisión correcta, ya que era una carrera llana pero con paisajes espectaculares, sin perros ni mucho tráfico, ¡y con vistas espectaculares! Salimos muy temprano porque si no, haría demasiado calor.

Eran las 6:15 a. m. La temperatura estaba bien y ya había suficiente luz. Por la noche llovió, pero tuvimos suerte y no llovió mientras corríamos. Solo tuvimos que lidiar con los senderos embarrados que dejó. 🤣
Aquí llueve tan a menudo, como nos pasó varias veces durante nuestra estancia, que los coches abandonados que suelen estar delante de las casas están devorados por la vegetación. Parecen pequeños Angkor Wats posmodernos.
Vistas panorámicas y vida local
Desde el Hotel China Star en el puerto, pasamos por el Aeropuerto Internacional, donde llegamos ayer. Estaba completamente vacío. Ni un solo coche ni guardias de seguridad. Giramos a la derecha hacia la Calzada Dekehik.

La Calzada es perfecta para correr. De hecho, lo demostró el hecho de que nos encontramos con muchos otros corredores. Todos chinos, curiosamente. Parece que la comunidad china local tiene predilección por correr. ¡Qué bien!
También vimos a un grupo de jóvenes muy en forma, con aspecto de militares terminando su entrenamiento militar. Así que nos despertamos a las 5:30, ¡pero llegamos demasiado tarde, o eso parecía!
Corrimos por un sendero de cemento, rodeado de árboles y flores, con agua a ambos lados. El sol se reflejaba en las tranquilas aguas y la niebla cubría las cimas de las montañas. Era una belleza indescriptible. ¡Y qué tranquilidad! 🌅

No hay tráfico, ni perros, solo gallinas y algunos gallos. Algo que me gustó mucho fueron los letreros. Aquí son similares a los de las Islas Marshall. Están decorados con lemas de estilo vintage, letras con tipografías antiguas y colores retro. Le dan al lugar un aire de antaño. Vimos un letrero de "vacúnate contra la gripe" y un par de "Bienvenido a Pohnpei".

Había uno que añadía "capital de los Estados Federados de Micronesia". No lo entendí, ya que la capital oficial es Palikir. ¡En fin!
Calles históricas y lugares para nadar
Al entrar en Kolonia, vimos algunos viejos edificios de piedra, algunos de dos o tres pisos, con paredes sucias y globos. En algunos había bolsas llenas de plátanos, listas para llevar. Allí mismo estaba también la Embajada de Australia, con su bandera oficial y la bandera aborigen, que nos hizo recordar nuestra reciente estancia en Sídney.

En ese momento solo había unas pocas personas en las calles, algunos fregando frente al One World Plaza con su bandera japonesa y algunas mujeres vestidas con faldas floreadas cargando cubos y palanganas entre algunas gallinas 🐓
Llegamos a una iglesia antigua, que parecía española, y nos detuvimos. Fue aquí, en Kolonia, recordé, donde en 1887 los españoles fundaron el pueblo de Santiago de la Ascensión.

No pude encontrar información sobre la Iglesia en línea, pero aun así disfrutamos viéndola e imaginando la historia que encierra. El césped verde que rodea las tumbas antiguas, la piedra ennegrecida y nadie más que nosotros.
Dimos la vuelta hasta llegar a un punto donde ayer vimos gente nadando. Se llama Lidakika, pero en lugar de nadar allí mismo, corrimos por una especie de muelle lleno de vegetación.

Al principio fue fácil correr, pero luego se volvió complicado, con barro y vegetación. No nos desanimamos y llegamos al final, con vistas aún más impresionantes de la roca de Sokeh. ¡Roger se lanzó al agua!

¡De vuelta a la Calzada Dekehnik!
Después de su baño matutino, corrimos de vuelta a la calzada de Dekehnik. Seguía sin tráfico, sin perros y con algunos corredores. Perfecto. Nos dirigíamos al aeropuerto y por el camino encontramos un enorme naufragio.
Nos encanta ver estos naufragios, como los de Kiribati, porque son reales. Son un testimonio de las penurias de los marineros y se ven impresionantes en los vídeos 🙂 ¡También es impresionante ver su tamaño!

Continuamos hasta llegar al aeropuerto, entramos hasta la sala de llegadas, seguía sin haber nadie, y luego giramos a la izquierda para llegar a nuestro hotel. En total, ¡6,7 km en perfectas condiciones! Estábamos contentos 🏃
¡Una aventura en el lugar más asombroso: la Venecia del Pacífico!
Nan Madol
Cuando visitamos Nan Madol, comprobamos si era viable correr aquí. Pensamos que sería único e interesante, y no nos equivocamos. Tras nuestra inspección, nos dimos cuenta de que no sería fácil, pero tampoco imposible.
Después de una carrera tranquila por la mañana, decidimos aventurarnos y correr en un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin duda, fue una aventura, pero a la vez muy gratificante.

Sobrevivimos sin caernos ni hacernos daño. Eso sí, nos mojamos. ¡De hecho, corrimos en el agua! Fue genial para fortalecer las piernas y refrescarnos con el calor, pero no es algo que recomendaría si llevas zapatos elegantes 🙂

A pesar de ser una carrera difícil, es terriblemente especial poder correr un circuito de 2,5 km entre la jungla y ruinas antiguas sin ningún otro turista.
Senderos de la selva y manglares
Nan Madol me recordó a Angkor Wat cuando lo visitamos en 2005. Ahora, Angkor Wat es muy diferente, pues el mundo lo descubrió y se hizo popular. Está lleno de turistas, pero en aquel entonces tenía la misma sensación de lejanía y naturaleza salvaje. Nan Madol es realmente un lugar apartado.

Mientras corríamos nos quedamos realmente sorprendidos por las enormes estructuras, las grandes rocas y los robustos muros, algunos con enormes árboles creciendo dentro de las propias estructuras 🌿 Pero describamos la carrera con más detalle.

Para llegar al sitio histórico de Nan Madol, se pasa por una propiedad privada. Se entra al jardín de una casa vieja y pobre donde un anciano semidesnudo, temblando y con aspecto desorientado, no deja de decir "Tienes que pagar" mientras unos perros ladran. Le pagamos 5 dólares antes de echar a correr, pero enseguida se le olvidó y nos preguntaba cada vez que nos veía.

Luego tomas un sendero bastante rocoso, así que hay que correr con mucha precaución. De vez en cuando hay puentes de madera precarios y, por supuesto, por todas partes la exuberante vegetación del bosque se mezcla con ruinas de enormes piedras volcánicas oscuras. Es como una aventura.
El sitio histórico está rodeado de aguas poco profundas, marismas y manglares. Cruzábamos esos puentes sobre los neumatóforos de los manglares, que eran básicamente extensiones de púas sobre un lecho de lodo.

Explorando ruinas antiguas
No sabía qué eran en aquel entonces, pero lo busqué. Al parecer, muchas especies de manglares, como la Sonneratia o la Avicennia, tienen sistemas radiculares especiales que sobresalen del lodo como espigas.
Estos se llaman neumatóforos y ayudan a los árboles a respirar el lodo pobre en oxígeno actuando como esnórquel 🌊
Y entonces llegas a la costa. Se oye el rugido de las olas y, de repente, una enorme y antigua muralla. Para entrar en las ruinas, tuvimos que atravesar un arroyo poco profundo. La marea estaba baja, así que nos adentramos.

Corrimos contracorriente y llegamos a las estructuras a pie. Con la marea alta, es necesario usar una lancha para visitar los lugares.
Luego corrimos a través de ellos, con cuidado de no caer, no sólo porque el terreno era irregular, sino porque estábamos distraídos por las increíbles vistas.

Nos aventuramos aún más lejos, donde las olas golpeaban las paredes, con islas al fondo. Estaba resbaladizo, pero subimos a una estructura exterior y nos detuvimos un momento. Fue uno de esos momentos en los que piensas en lo especial que era estar allí.
Regresamos para completar un circuito de 2,5 km que resultó ser una de las carreras más singulares y especiales que habíamos hecho. No habíamos visto a nadie, solo a nosotros y las ruinas de la Venecia del Pacífico 🏝
🍽️ Qué comer antes y después de correr en Micronesia
¡Alimentarte para correr en Micronesia significa sumergirte en una deliciosa mezcla de sabores isleños! Ya sea que te prepares para un sprint matutino o te recuperes después de una carrera larga, la gastronomía local te ofrece opciones frescas y sabrosas para mantenerte con energía y saciado. 🥥🌞
🥥 Carga de carbohidratos (antes de la carrera)
- Puré de raíz de taro – Un plato tradicional rico en almidón y abundante que proporciona energía de liberación lenta.
- Panqueques de plátano y fruta del pan – Dulce, abundante y perfecto para darle energía a tu carrera. 🍌🥞
- Tazón de frutas tropicales frescas – Piña, mango y papaya para un impulso hidratante rápido. 🍍🥭
Recuperación de proteínas (después de la carrera)
- Pescado de arrecife a la parrilla con salsa de coco – Ligero, repleto de proteínas y absolutamente delicioso.
- Kelaguen de pollo – Un plato chamorro ácido y sabroso marinado con limón y chile. 🍗🌶️
- Guiso de pescado con taro y leche de coco – Una forma reconfortante y rica en nutrientes de reponer energías.
¿Y dónde?
No hay muchas opciones para comer fuera en Pohnpei, pero tuvimos la oportunidad de conversar con la gente local en el restaurante de nuestro hotel. Parece muy popular: ¡siempre estaba lleno de expatriados tanto micronesios como chinos!
Cena vespertina en un restaurante chino local
El "China Star Hotel" no es lujoso, pero sin duda es popular. Comimos allí dos veces y disfrutamos mucho de su comida china. En Pohpnei no hay muchas opciones gastronómicas, y aquí incluso pudimos comer verduras y ensaladas.


Comimos berenjena, ensalada china, carne con pimiento verde y fideos. La comida nos alimentó después de correr y explorar ruinas antiguas.

Información útil
🏃 Corriendo en Pohnpei, Estados Federados de Micronesia.
👟 Lleva zapatillas de trail running con suelas resistentes para barro, rocas y piedras volcánicas irregulares. Las opciones impermeables o resistentes al agua son útiles para arroyos poco profundos y zonas húmedas de manglares.
✅ Las rutas ofrecían paisajes increíbles, desde calzadas costeras y tranquilas calles de Kolonia hasta las antiguas y salvajes ruinas de Nan Madol 🌿.
✅ Correr aquí ofrecía una combinación única de ejercicio, aventura e inmersión cultural, con casi ningún turista y una vida local auténtica.
⚠️ Algunos senderos, especialmente alrededor de Nan Madol y los caminos de la jungla, son resbaladizos, fangosos y desiguales; es esencial caminar con cuidado.

Mapa



Un libro
📘 “Recuerdos de la isla: Mis años en Micronesia”, de Dwayne Thomson
Recuerdos de la isla Es una emotiva autobiografía que ofrece un relato íntimo y directo de la vida en Micronesia a través de la mirada de alguien que vivió, trabajó y conectó profundamente con las islas y su gente. A diferencia de una guía de viajes típica, este libro va más allá de las descripciones superficiales y te sumerge en las experiencias cotidianas, los matices culturales y los desafíos que enfrentan tanto los lugareños como los expatriados. 📖🌺
Leer este libro antes de tu viaje te preparará para apreciar Micronesia a fondo: sus tradiciones, su belleza y sus complejidades. Descubrirás los fuertes lazos comunitarios, el respeto por la naturaleza y la resiliencia que definen la vida isleña. Esta experiencia enriquece tus viajes, haciendo que tus carreras, caminatas y exploraciones sean más significativas a medida que comprendes las historias y el espíritu de los lugares que visitas. Es como tener un guía amigable que te susurra al oído los secretos de la isla. 🌴👣

Trama:  ¿Alguna vez has pensado en vender tu casa, coche y muebles y llevarte a tu familia a vivir a una isla remota del Pacífico? ¿Echarías de menos la electricidad, el agua, las compras, los vehículos, la televisión, el internet, el móvil, las facturas, los impuestos o a tus familiares?
Acompaña a Dwayne Tomson mientras él y su esposa llevan a sus hijos pequeños a vivir en las Islas Micronesias durante ocho fascinantes años. Recuerdos de la Isla se centra en sus dos primeros años, viviendo en una remota aldea de la isla de Palaos, enseñando inglés a niños palaos.
La vida de Dwayne y la de su familia se revelan a través de historias narradas con humor, emoción y sabiduría. Descubrirán cómo era ser los únicos no palauanos viviendo en una aldea isleña subdesarrollada. Descubrirán la aceptación y la amabilidad que los isleños brindaron a estos forasteros, y las muchas cosas que aprendieron los Tomson y sus hijos. Las descripciones de Dwayne de lugares, eventos y personas les permitirán compartir una aventura única.


 
                    
 
                 
                