Corriendo en el antiguo Dacia: Maratón de Chisinau en Moldavia

Corrimos la “Maratón de los Grandes Corazones de Chisinau” en la antigua Dacia, la actual Moldavia, en un día muy soleado, rodeados de iglesias ortodoxas, reliquias soviéticas, edificios neoclásicos y muchas flores.

TLDR; “Demasiado largo, no tengo tiempo"

• ¡Solo quiero correr! Llévame a CARRERA.
• Tengo 1 minuto. Llévame a INFORMACIÓN ÚTIL.
• Correr es mi excusa para viajar. Llévame a VIAJE.
• Correr es mi excusa para comer. Llévame a CARBOLOADING.
• Quiero volver a la época soviética. Llévame a TRANSNITRIA.
• Quiero saber qué leer en el avión. Llévame a UN LIBRO.

🌍 El viaje 📷

En el Museo Nacional de Arte de Chisinau hay una réplica del famoso romano, el Lobo Capitolino, con la siguiente leyenda latina:

De la Roma venim, din Dacia traiana…

Y a “Romae cucurri”, para correr el “Maratón de los Grandes Corazones de Chisinau”, que se celebra las últimas semanas de septiembre, también venimos de una antigua provincia romana. Llegamos al antiguo Dacia desde el antiguo Barcino 😁

Era jueves, casi medianoche. En el aeropuerto empezamos a escuchar a gente hablando no en latín, sino en ruso. Aunque el idioma oficial de Moldavia es el rumano, el ruso se habla mucho. Un hecho que reforzó nuestra impresión de que, en estos tiempos turbulentos, Moldavia está en gran medida bajo la influencia de Rusia. Pero no tanto como Transnistria, un “país que no existe” que visitamos el sábado. Más adelante escribo extensamente sobre nuestro viaje a Transnistria.

Como curiosidad, éramos los únicos españoles en el avión de Flyone que volaba de Barcelona a Chisinau. Todos los demás eran moldavos.

Pasamos el viernes haciendo turismo, muy relajados, en Chisinau. Era un día cálido. Estábamos a más de 25ºC, y de hecho hacía más sol que en nuestra Barcelona. La ciudad parecía pacífica, elegante y segura. 

Salimos a ver el Catedral de la Natividad, que fue destruida por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y más tarde por los comunistas locales. La iglesia neoclásica se encuentra en medio de un parque muy elegante. Paseamos por este Parque de la Catedral de la Natividad, que estaba lleno de moldavos relajándose. Jóvenes y mayores, algunos cantando, otros charlando y otros comiendo. Las flores florecían, las ancianas las vendían en las calles y toda la ciudad exudaba un sentimiento de paz. En general, encontramos que la arquitectura de Chisinau es muy similar a la de otras ciudades de Europa del Este. Monumentos soviéticos, en general bastante bien conservados, Iglesias ortodoxas y tiendas y negocios muy modernos. Y banderas moldavas, por supuesto. Ése es un rasgo que parece definir a la mayoría de las ciudades de Europa del Este que hemos visitado.

También caminamos por el parque de Esteban el Grande, el parque más antiguo de Moldavia. Aparentemente esto Rey, que aparece en los billetes de lei moldavos, tenía un historial impresionante. Ganó 34 de 36 batallas. En el parque vimos el famoso la estatua de Alejandro Pushhin, y luego visitamos otros lugares famosos, como el Museos Nacionales de Arte e Historia. 

Y me gustó especialmente el “estatua de los amantes”, obra de Pavel Obreja, en la calle peatonal Eugen Doga.

📅 La Expo de la Maratón 🎽

El "Maratón de los Grandes Corazones de Chisnau“ es un gran evento. No es sólo una maratón, sino una carrera de 5k, 10k y 21k, y también tiene una “carrera para niños” el sábado. Corren en total unas 17.000 personas.

La Marathon Expo estaba ubicada en el centro de la ciudad, entre la impresionante Casa de Gobierno de Moldavia y el historico Arcul de Triumf, el Arco de Triunfo. 

Llegamos a la Expo al mediodía y tuvimos que hacer cola largo rato bajo una bandera moldava enorme que preside la Casa de Gobierno. Había muy poca gente, pero la logística nos llevó largo tiempo. Primero tuvimos que rellenar una declaración de identidad, en ruso o rumano. Por suerte para nosotros, el rumano es latín 😅 y más o menos pudimos entenderlo. Luego nos dieron nuestros BIB (con 4 imperdibles incluidos, lo cual estuvo bien) y finalmente la bolsa del corredor. Las camisetas eran de color rojo brillante y cómodas. La mochila tenía bebidas energéticas, nueces (aparentemente las nueces son algo típico de aquí) e incluso un silbato. Para los que animaban, supusimos...

¡Ah, y también un vale para una Pasta Party 🍝 el sábado! Aunque no pudimos disfrutarlo porque llegamos demasiado tarde desde Transnistria: la pasta se sirvió de 15h a 17h.

La República de Moldavia de Pridnestrovia / Transnistria

Decidimos visitar un “país que no existe”, Transnistria, oficialmente el República de Moldavia de Pridnestrovia. Se trata de un Estado separatista muy cercano a Ucrania. Está situado en una estrecha franja de tierra entre el río Dniéster y la frontera entre Moldavia y Ucrania. De hecho, incluso recibimos un SMS de nuestra compañía de telefonía móvil que nos saludaba: “¡Bienvenidos a Ucrania!”. 😱

Reservamos una excursión de un día desde Chisinau que resultó ser un gran éxito. Lilia, nuestra guía, nacida y criada en Transnistria, nos llevó en coche y nos explicó muchos datos sobre la zona. Por ejemplo, que sólo otros 3 estados no reconocidos reconocen Transnistria y tienen consulados allí: Abjasia, Artsaj y Osetia del Sur. De hecho, Rusia también tiene un consulado en Tiraspol, la capital, pero no reconoce oficialmente al país. 

Después de una hora de viaje, con otro turista de Alemania que vino a correr también, llegamos a la “frontera”, donde revisan los pasaportes pero no los sellan. En todas las fronteras hay soldados rusos (con la bandera de la Federación Rusa 🇷🇺 en los brazos), el guía nos dijo que eran soldados “estacionados extraoficialmente” del 14º Ejército, y tanques. Tanques en funcionamiento con la bandera rusa.

Lilia explicó que el 14º Ejército tuvo su cuartel general aquí desde la guerra de 1990-1992. De hecho, en uno de los lugares más famosos de Tiraspol, frente al Monumento a Suvorov, había un enorme cartel “33” que marcaba los 33 años de… ¿independencia?, contados desde 1990. 

También explicó la “importancia” de la empresa Sheriff mientras estávamos frente a uno de sus supermercados, y luego visitábamos el monumento “puerta a Transnistria” en Bender, justo después de la frontera.

La excursión nos mostró puntos de referencia muy interesantes en Bender y Tiraspol, la capital, e incluso incluyó un “almuerzo soviético”. En Bender visitamos el Fortaleza de Tighina, con su museo de las Torturas Medievales y el fantasma de la “Dama Blanca”. Era un día soleado y espectacular y prácticamente no había turistas. 

Incluso vimos un bautismo ortodoxo en la iglesia de Alejandro Nevski , con el sacerdote cantando en un interior muy decorado con tonos dorados.

Compramos algunos souvenirs; con la salvedad de que aquí el leu moldavo no es válido… Transnistria tiene su propia moneda: el Rublo de Transnistria. Sus monedas de plástico (súper coloridas) se han convertido en piezas de colección, pero sólo pudimos conseguir un billete de 1 rublo.

En Tiraspol realmente nos transportamos a la época de la URSS: nuestro colega alemán, que se crió en Alemania Oriental, comentó que para él fue un verdadero “viaje en el tiempo”. Para nosotros, que venimos de Europa occidental, fue una experiencia extraña. Vimos la Casa de los soviets, con una estatua de un Lenin muy enfadado frente a ella y banderas de Transnitria en su fachada, y el Edificio del gobierno con la estatua más grande de Lenin delante. Tiene más de 12 metros de altura.

Frente al Edificio de Gobierno se encuentra el famoso “Tanque de la Victoria”, un “treinta y cuatro”, un tanque T-34-85 que desfila en el famoso “Desfile de la Victoria” que tiene lugar en la plaza principal de Tiraspol cada año. 9 de mayo. En el parque hay un monumento dedicado a los caídos en la guerra de 1990-1992, así como a la Segunda Guerra Mundial, Afganistán y el desastre de Chernobyl. Relacionado con esto, nuestra guía explicó que cuando era pequeña, 2 o 3 años después del desastre, solía ir al mercado local con su abuela y veía fresas, patatas o coles muy, muy grandes. Su abuela le ordenó que no las tocara: “¡Son patatas de Chernobyl!”. Demasiado grandes.

También vimos el impresionante Monumento a Suvórov, en frente de Centro de mercado verde. Está al otro lado del el parque de Ekaterina la Grande, un parque muy tranquilo y hermoso a lo largo del río. Como nota curiosa, los estados de Suvorov y Ekaterina se colocan mirándose 😉 

¡Y flores por todas partes! Al lado de todos los edificios, monumentos y calles. Me llamaron la atención especialmente las rosas, de todos los colores: rosas, rojas, amarillas, blancas… 

🍜 Carga de carbohidratos 🍝

Ya conocíamos los platos moldavos más famosos, ya que habíamos visitado Rumanía en el pasado, y la cocina es similar. Y tuvimos la suerte de tener restaurantes de comida tradicional muy cerca del apartamento donde nos alojábamos.

Tanto para carboloading como para recuperación, al ser ricos en hidratos de carbono y proteínas, podrás disfrutar Mămăligă cu Brânză și Smântână (Polenta con queso en salmuera y crema agria), sarmale (rollitos de repollo rellenos de carne), Plăcinte (un tipo de pastel), o Chiftele cu Piure (Albóndigas con puré de papa).

¡Pero no están aquí sólo Mămăligă y Sarmale! El centro de Chisinau tiene una oferta muy diversa en cuanto a comida se refiere: desde muy buenos locales de Sushi 🍣 y Pizza 🍕 que abren las 24 horas, hasta incluso Hamburguesas Americanas 🍔 (comimos en el restaurante “New York” del hotel Radisson y lo disfrutamos) . También hay restaurantes elegantes que sirven cocina moldava con un toque innovador.

En Transnistria comimos un almuerzo “soviético”. El restaurante exhibía muchos recuerdos soviéticos y la comida era tradicional y con ingredientes locales. comimos el sanísimo Alforfón (Гречка en ruso), que es perfecto para cargar carbohidratos, y también Borsch.

🏃‍♀️ La carrera 🏃‍♂️

Habíamos reservado un apartamento muy cerca de la línea de salida/meta, así que salimos a las 8:30 horas, después de leer el folleto incluido en la bolsa de los corredores. El folleto era muy completo, incluso incluía instrucciones de cómo colocar el BIB (¡oye, no te lo pongas en la pierna!), y tenía un mapa de la expo, las diferentes líneas y las instrucciones al llegar. Algo importante porque, a medida que avanzaban las carreras y acababan los que corrían las distancias más cortas, la amplia Avenida Stefan cel Mare tenía tres líneas diferentes: una para los que terminaban una vuelta en un sentido, y dos carriles en el sentido de regreso: uno para continuar la siguiente vuelta y otro para terminar la carrera. Suena confuso, pero sin embargo, estaba todo muy bien indicado y la gente no se confundía.

¡Era un hermoso y soleado día en Chisinau! 

Bueno… demasiado calor. Casi llegamos a los 30 grados. En el sitio web del maratón, estaban las temperaturas de años anteriores, que rondaban los 18 grados, así que supongo que corrimos en un día extrañamente cálido. De todos modos, a las 9 de la mañana la temperatura era perfecta. Atravesamos el Parque de la Catedral de la Natividad, repleto de corredores de todas las edades haciéndose selfies, para llegar a la línea de salida, entre la Casa de Gobierno y el Arco triunfal. De algún modo era apropiado terminar la carrera en un “Arco de Triunfo”, aunque no corras debajo de él. Es demasiado pequeño 🙂

La enorme bandera moldava 🇲🇩 presidió el evento, pero, a diferencia de otras carreras, la organización no puso himnos patrióticos. Casi todos los corredores eran de Moldavia y muchos tenían la bandera en sus camisetas, con logotipos y lemas de organizaciones benéficas o asociaciones deportivas. Me gustó uno que decía “Que el ritmo te acompañe”. ¡Y luego vimos a un corredor con un sombrero panamá! (¿Por el calor, supongo?). 

Nos rodeaban personas que hablaban rumano y ruso. Principalmente ruso. Durante la carrera, a menudo nos vitoreaban con “¡давай, давай!” (¡Vamos!) y muchos corredores respondían: “¡Спасибо! (Gracias)

Banderas de diferentes países adornaron la Avenida. Vimos el americano 🇺🇸, el británico 🇬🇧 e incluso el francés 🇫🇷… pero no el español 🇪🇸 🙁

Todas las diferentes carreras (desde 5 km hasta la maratón completa) comenzaron a la misma hora: las 9 a.m. Había diferentes casillas para diferentes tiempos, marcadas por ritmo, así por ejemplo, estaba la casilla para los que corrían con un ritmo de 5:41 min/km: 4h para el maratón, 2h para la media, y así sucesivamente.

¡A las 9 de la mañana partimos! No había demasiada gente y como la avenida Stefan cel Mare es muy ancha, pudimos correr cómodamente.

La carrera estuvo bien organizada: 

En primer lugar, hubo muchos puestos musicales🎶  que animaban a los corredores: ¡estuvieron geniales! Había DJ's tocando música de los 90, como el "Everybody dance now!”, o grupos de adolescentes bailando hip hop, vestidos de blanco y con gafas de sol amarillas súper modernas. Vimos a una bailarina, una chica tan pelirroja como yo, ¡a quien animé especialmente! Y a grupos de niños vestidos con atuendos folclóricos que bailaban canciones más tradicionales,

Recuerdo especialmente a un tipo solitario tocando la batería 🥁 frente a una hermosa iglesia ortodoxa, con grandes edificios de estilo soviético al fondo. 

Hubo asiduamente puestos de agua y avituallamiento,: cada 2,5kms. Daban agua, Red Bull y frutas. 

Y todo el recorrido se realizó por avenidas anchas: además de Stefan cel Mare, también recorrimos la Bulevar Dacia. 

El circuito fue mayormente plano aunque la Dacia Boulevard es un poco cuesta arriba (alrededor de 25 m de elevación) durante un par de kilómetros. Luego, por supuesto, hay que correr cuesta abajo.

También hubo corredores para marcar el ritmo (vi los de los tiempos de 3h, 3:30, 3:45 y 4h de maratón).-

Por cierto, los tiempos de corte eran bastante estrictos ⌛: 3h para la media maratón y 6h para la completa.

En el kilómetro 5, una Iglesia Ortodoxa tocaba música sagrada ⛪. Fue una sensación extraña escuchar la música proveniente de un edificio elegante, con sus techos dorados brillando al sol, y luego, un kilómetro más adelante, ver un auto negro que parecía un tanque, decorado con el logo de Red Bull, en el que sonaba David Ghetta: “Work hard, play hard”. Mientras jóvenes rubias ofrecían vasos de Red Bull. 

El recorrido de la media maratón consta de dos vueltas, y el completo, de cuatro, lo que puede cansarte mentalmente. Especialmente cuando pasas por la línea de meta y tienes que correr 1,5 kilómetros y luego 1,5 de vuelta por la avenida Stefan cel Mare. 

Me costó especialmente dar la “siguiente vuelta” en el kilómetro 10,5 cuando, a mi lado, la gente terminaba felizmente. Además, ya empezaba a hacer calor.

Pero luego terminar después de la segunda vuelta en medio de un gran ambiente, música y muchos espectadores animándote, ¡¡¡fue genial!!!

Aunque era preocupante ver a un corredor que acababa de desplomarse a 300 metros de la meta. Lo atendían algunas personas de la organización y la ambulancia iba llegando cuando yo pasaba. Supuse que el calor tenía algo que ver.

En definitiva, una maratón muy bien organizada, que tuvo lugar en un día espléndido, y que transcurre por elegantes y amplias avenidas, iglesias ortodoxas y magníficos edificios: muy recomendable.

🏆 Maratón de Chisinau Grandes Corazones: 5K / 10k / 21K / 42K. Número de corredores: 17.000 (incluidas todas las distancias)

⛰️ Dificultad: Fácil. En su mayor parte el circuito es plano, y sólo tiene una elevación de 30 m en la avenida Dacia. La temperatura, sin embargo, era demasiado alta (pero depende del año). 

🌐 Sitio web https://marathon.md/

🗓️ Tercera semana de septiembre en Chisinau, Moldavia, Europa.

👟Zapatos de ciudad. Todo asfalto. 

✅ Bien organizado. No muy concurrido, estaciones de agua frecuentes y buen recorrido: súper ancho y lo suficientemente rápido (aunque no es adecuado para un PB)

✅ Ambiente súper agradable, con mucha música (bandas, DJs, solistas…)

🏅 La organización te regala una bonita medalla, la misma para todas las carreras, siendo la cinta la única diferencia, dependiendo de las distintas distancias. La bolsa de corredor es muy completa, la camiseta es buena y obtienes un vale para una cena de pasta gratis el día anterior.

❌ Vueltas de 10,5k para las distancias largas, y pasando por la meta, lo que puede resultar agotador mentalmente. 

“Una educación siberiana”, de Nicolai Lilin. 

Decidí leer “Una educación siberiana”, de Nicolai Lilin. Sigue la vida de un grupo de "criminales honestos" que viven según sus propias reglas en Transnitria. Al visitar la región, nuestro guía nos recordó varias veces cómo las “mafias criminales” han marcado la historia reciente del lugar. 

El libro ofrece mucha información sobre la vida de los siberianos en Transnistria, de una manera clara y concisa:

En la comunidad siberiana se aprende a matar desde pequeño

Según el comportamiento criminal, los hombres siberianos no pueden comunicarse con la policía.

Y podrás leer muchos aspectos curiosos sobre su vida, desde cómo almacenan y cuidan las armas (con un crucifijo en la parte superior), hasta sus códigos y la forma en que ven la vida, la familia y el destino. ¡Y cómo pelean!